Gracias al trabajo
del GREP-AEDN, os ponemos a
continuación información sobre la Universidad de Harvard, la cual, consciente
de la popularidad de los suplementos dietéticos y de la confusión que los rodea
en relación a sus beneficios para la salud, ha divulgado a través de una de las
publicaciones periódicas de su Escuela de Medicina, un análisis acerca de la
evidencia actual en relación a algunos de los suplementos más utilizados.
Se
revisa brevemente la situación actual sobre del papel preventivo de la vitamina
D, el calcio, los antioxidantes, las vitaminas B6, B9 y B12, el aceite de
pescado y la fibra, entre otros. En el documento se detallan las conclusiones y
recomendaciones para cada uno de los suplementos. Algunas de las afirmaciones
que queremos destacar son:
- No tomes suplementos
antioxidantes (a excepción de aquellos con degeneración macular relacionada con
la edad, que sí se beneficiarían de algunos suplementos antioxidantes que
contengan zinc).
- No hay evidencia que
la ingesta diaria de suplementos multivitamínicos sea, ni peligrosa, ni
beneficiosa. Sin embargo, si no hay indicios de efectos favorables, incluso el
más mínimo indicio de posibles efectos negativos, debería ir a favor de no
recomendar su uso. Al fin i al cabo, uno de los primeros principios de la
medicina es primum non nocere: "lo primero es no hacer daño”.
- La lista de
suplementos no recomendados es muy larga. En ella se encuentran los suplementos
que han fracasado en los ensayos clínicos (zinc para el resfriado común,
equinácea para las infecciones respiratorias, yohimbine para la disfunción
eréctil, DHEA para el envejecimiento, la pérdida de memoria, la potencia
sexual, etc.), el ginseng y el ginkgo biloba para cualquier propósito y el
cromo o cualquier otro suplemento para la pérdida de peso.
Los expertos de Harvard
advierten que hay que prestar especial atención a las declaraciones y reclamos
que suelen acompañar a los suplementos y ser muy cauto cuando se acompañan de:
- Reclamos
extravagantes: si suenan demasiado bien como para ser verdad, normalmente, no
son verdad.
- Testimonios, sobre
todo de famosos.
- La idea de que si uno
es bueno, muchos es mejor (el exceso de algunos suplementos es claramente
peligroso).
- Palabras que no
suponen ninguna garantía de eficacia ni seguridad: “natural”, “rico en
antioxidantes”, “clínicamente probado”, “anti-edad”, “poder sexual”, “quema
grasas”, etc.
- Potenciales
interacciones entre suplementos y fármacos (consulta con profesionales
debidamente cualificados).
- Ingredientes
farmacológicamente activos: los suplementos pueden estar adulterados con
productos peligrosos.
Referencia
1: Harvard Medical School . Supplements: A scorecard (sitio en
internet). Harvard Health Publications. Disponible en: http://www.health.harvard.edu/newsletters/Harvard_Mens_Health_Watch/2012/April/supplements-a-scorecard?utm_source=HEALTHbeat&utm_medium=email&utm_campaign=HB052412. Acceso
el 25 de junio de 2012.
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